
SETIEMBRE
Amanda K.
"Mujer soltera, profesional, fuerte e independiente"
Mujer soltera, profesional, pasadita de los 30 años (33 recién cumplidos), fuerte e independiente, súper segura de sí misma… eso era lo que diría de mi hasta hace mes y medio. Ahora debo agregar la principal de mis características: mamá primeriza de #LvanaNaomi, mi bebe arcoiris de 45 días de nacida.
Me atrevo a decir que toda mi madurez, preparación, seguridad y fortaleza, se fue por un tubo cuando rompí fuente; lo siguiente fue una cesárea de emergencia con la que llego al mundo mi beba a las 11:58 pm, de una noche de invierno. Valiente que soy, como toda mujer, y en calma aparente, luego de un par de horas de recuperación, y ya derretida con la carita de mi hija, llega la segunda tarea de mi recién estrenado rol de madre: amamantar a mi hija. Dada a mi firme y estricta decisión de alimentarla con leche materna a libre demanda y de manera exclusiva, me encontré con la primera de muchas dificultades, mi hija lloraba de hambre y mis senos aun no tenían leche suficiente, sin mencionar lo terriblemente difícil e incómodo que resulta tratar de sentarte para amamantar y poder cargar al bebe pocas horas después de la cesárea. Solventado ese asunto, gracias a la formula y tetero, en la tarde de ese mismo día me dan el alta médica.
Me fui a casa con una beba chiquitita, tan frágil como hermosa, y en ese momento me di cuenta que, a pesar de todo lo que leí durante el embarazo, no sabía cómo cuidar a la bebé, y, gracias a Dios mi madre estaba conmigo, porque mi estado civil de orgullosamente soltera, en ese momento me pesaba un poco.
Temporada difícil: los primeros 30 días, las visitas, las opiniones, el sueño, el cansancio, conocer a tu bebé, tratar de identificar sus necesidades… les comparto que en más de una ocasión le entregue la niña a mi mamá para que le sacara gases, o le hiciera pasar un ahogo de leche que le hice amamantándola, no han faltado oportunidades en las que cuestioné mi habilidad para cuidar a mi hija, la tristeza vino a tocar la puerta cuando llegue a pensar que sería una mala madre, pero rápidamente mi hija me ha ido enseñando a confiar en mí, en mi instinto, en mi cuerpo, y a que confíe en ella, en sus necesidades, en la naturaleza… con sus miradas de amor, y la forma en que coloca sus manitas en mi pecho desnudo me dice que estamos juntas en esto y que estoy haciendo un buen trabajo, y sé que lo mismo pasará con ustedes. Hasta ahora Luana Naomi va muy bien, ha crecido y aumentado de peso, y yo escucho consejos de otras mamás, pero no los pongo por encima de mi instinto natural de madre; si es de su gusto, lo piden acá y les sigo contando sobre la aventura de ser mujer soltera y mamá primeriza.
¡Bendiciones de lo alto chicuelas!

"Me parece importante que las mujeres sepamos que se siente miedo, pero que ¡todo va a estar bien! No importa cuanto dudemos de nosotras, nuestros bebés nos necesitan, y somos todo lo que a ellos les hace falta para estar bien."



