Juntas, siempre.
- Rocío Salazar
- 18 oct 2016
- 2 Min. de lectura

Han pasado varias semanas desde la última vez que escribí algo para ti; sin embargo, no ha pasado ni un solo día en que no haya estado pensando en esto. Se que no hay presión pero esto es un objetivo muy personal.
El trabajo me tiene tan ocupada. Me han delegado más responsabilidades que antes de salir de licencia. Y esas ganas de querer hacerlo todo TAN bien no me permite dejar nada a medias. Ese es el motivo por el cual a veces llego 1 hora o un poco más tarde de lo planeado a casa. Pero, debo decir que en verdad me gusta lo que hago. No me quejo. A pesar del agotamiento, me gusta mi trabajo. Mis compañeros. Mi cargo.
Ah, pero no sabes. Una vez que llego a casa y estoy contigo olvido todo. Olvido que trabajo. Olvido que debo hacer el pedido de postres para el restaurante. Olvido que debo ser amable con cada uno de los clientes, aun cuando ellos no lo sean con nosotros. Olvido todas las promociones y nuevos lanzamientos. Olvido todo. No me importa nada cuando ya estamos juntas. Ojalá recordarás todos esos momentos.
Conoces muy bien lo que hago. ¡Pues la hemos pasado nueve meses juntas ahí! Y además te he llevado conmigo a varias reuniones. Siempre te portas bien. Siento que entiendes lo importante que es para mí cumplir con todo lo que debo hacer y te agradezco por eso. Y eso te quiero enseñar desde pequeña: ser responsable y cumplir con cada uno de tus deberes.
En el trabajo todos saben de ti, siempre me están preguntando por ti y por cómo estás. Eso me hace feliz. Sé que se preocupan por ambas y me hace sentir que el esfuerzo vale la pena. Es bueno que lo sepas pues sé que también quieres que esté a tu lado, me extrañas y me necesitas. ¿Cómo hago te saber que yo a ti también? Te necesito, te extraño a cada ratito. Daría lo que fuera para llevarte conmigo a todos lados.

En casa, cuando no estoy a tu lado, es Mamá Ada quien vela por ti. También se esfuerza. Se levanta tempranito si yo no estoy, solo para darte tus 4 oz de leche que debe combinar con tus vitaminas una vez al día. Le dejé marcado cuantas gotas de cada vitamina debe darte. Se conoce tu rutina tan bien como yo. Despiertas a las 6 am (¡o un poco antes!), duermes media hora a las 9 am, a veces otra media hora después de mediodía, toda la tarde te la pasas bien despierta jugando y chupando tus dedos hasta las 8 pm (¡o poco después!) que empiezas a descansar hasta medianoche que solo despiertas para tomar tu leche, así hasta las 3 am ¡otra vez a tomar leche! Y empieza de nuevo la rutina.
Son las 1:06 am, aún no despiertas. Es raro. ¿Acaso sospechas que escribo algo para ti? Gracias Abby, sé que también el esfuerzo es tuyo y que desde ya cruzaremos cualquier meta juntas.
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