El verdadero nombre de Abby
- Rocío Salazar
- 10 ene 2017
- 3 Min. de lectura
Una de las decisiones más difíciles de tomar en la vida es ESCOGER EL NOMBRE DE TU HIJO. Elegir algo que otra persona llevará de por vida. No tienen idea de lo mucho que me costó hacerlo con Abby. Hasta estrés me causó. Todos los días me preocupaba con exageración.

Cuando yo era pequeña amaba jugar con 'Barbies', y tenía el mismo problema, era un gran afán escoger el nombre para ellas. Recuerdo algunas: Andrea, Bárbara, Carla, Diana... Sí, A,B,C,D, cada vez que me regalaban una le ponía nombre con la letra que continuaba. ¿gracioso no? Por lo menos habían menos opciones cada vez.
Cuando adolescente me encantaba leer, Cuauhtemoc era mi favorito. Me leía sus libros en menos de un par de horas. Y tanto me gustaba que quería hacerle "honor" poniéndole a mis futuros hijos el nombre de sus personajes. Quería ponerle a mi primera hija: "Sheccid" o "Ariadne".
Aún adolescente pensaba mucho en tener TODO planeado, incluyendo tener "listo" el nombre de mis hijos. Si era varón se llamaría: Sebastián (aun me gusta mucho ese nombre). Y si era mujer, pues, podía ser Astrid, o talvez Priscila, ¿Samantha? ¿Camila? Creo que nunca pude decidirme del todo a esa edad.
Ya embarazada, se acercaba el baby shower (que fue dos semanas antes de dar a luz) aún no tenia nombre para mi pequeña. Definitivamente debía tener fuerza, significado, debía ser bonito, no común, con personalidad, fácil de recordar, etc. Fue inevitable la intervención de los amigos, los chicos del trabajo, mis papás (quienes desde provincia me mandaban opciones), mi abuela, mi hermana (quien solo me decía nombres como "Ruperta", "Pancracia"...); todo eso me causaba mas estrés. Hasta que un día, literalmente, me iluminé.

Después de enterarme de mi embarazo y de todo lo que supe se me vendría encima, mi consuelo era LEER SALMOS. Y uno de los que más me ayudó y le dio a mi corazón la fuerza que necesitaba fue el Salmos 27.
11 Enséñame, oh Jehová, tu camino, Y guíame por senda de rectitud
Mi relación con Dios era distante en esos tiempos, y quería retomar mi amistad con él. (Sí, soy creyente). Para yo 'encaminarme' necesitaba LUZ, para ILUMINAR el camino. Luz. ¿Luz? ¡LUZ!
La que nace a la luz del día. La que ILUMINA.
LUCIANA, su primer nombre.
Y el segundo nombre va por dos motivos. Pero resumiré. Me gusta bailar y soñaba con la idea de que a mi pequeña también le gustara. Mi serie favorita de baile es: Dance Mom. La bailarina estrella es Madisson Ziegler. Quería ponerle ese nombre. No me dejaron. Pensé en la entrenadora de las bailarinas. Abby Miller. Abby me parecía muy corto. ABIGAIL, "la alegría de los padres". Y quedó. Abigail. Mi Luciana Abigail. Dudé mucho antes de inscribirla así. Pero hoy por hoy adoro sus nombres. No hay sonido más perfecto que escuchar sus dos nombre juntos.
¿Por qué Abby? Pues, todos en mi trabajo la conocían ya con ese 'diminutivo'. Yo la llamaba así mientras estaba en mi barriguita. Y en su Baby Shower también se hizo toda la decoración con ABBY. Ella siempre será mi pequeña Abby. Mi Little Abby. Mi luz y mi alegria.
¿Mi consejo? No se pongan ansiosas (como yo), pero si decidan con mucho cuidado. Tómense su tiempo. No se precipiten. Escojan con responsabilidad. Recuerda que le puedes poner el nombre que quieras a tu bebito pero, ¿te imaginas a un "Goku" o a "Ñañi Fresita" como futuro Pdte del país? :D
Solo recuerda, el nombre es el primer regalo que le damos a nuestros niños.
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